Amo aquélla tierra más que ninguna otra cosa en el mundo". Jefe Joseph. Nez Perce.
Las tribus indígenas del norte de América era nómadas y su estilo de vida era de continuo movimiento siguiendo las grandes manadas de bisotes que era su medio de sustentación siempre restableciendo el equilibrio roto y no como el hombre blanco que mata por el placer de hacerlo tenemos como ejemplo la destrucción de las numerosas manadas de bisontes. Se cree que su número ascendía a 60 millones. De 1830 a 1889 se redujeron a menos de 1000.
Los guerreros vivían con sus familias en tiendas de piel de animales en forma cónica, estaba formada por tres largos postes de madera en forma de trípode, recubierta de piel de búfalo. Decorada con diseños geométricos, colocaban pedazos de pieles para aislarlo del frío. Era fácil de transportar ideal para las tribus nómadas que eran todas las tribus del oeste americano.
Las películas vaqueras de Hollywod han calumniado a estos heroicos y antiguos habitantes de la pradera del oeste norteamericano, los han presentado como salvajes que asesinaban a los heroicos vaqueros y colonos que luchaban por la civilización en contra de la barbarie. La verdad fue otra y las victimas resultaron ser las numerosas tribus que habitaron estos territorios.
Desde hace varios números de La Otra Historia hemos conocido a grandes caudillos como Toro Sentado, Jerónimo o Caballo Loco cuya única culpa fue defender a sus hermanos de raza de las depredaciones del hombre blanco.
Los cortes de cabellera que en las famosas películas vaqueras yanqui se oyen por todos lados parece que la empezaron los mexicanos ya que en ciertos territorios los gobernadores pagaban por la muerte de apaches sin importar si eran mujeres o niños. Esa era la manera para cobrar la paga al llevar las cabelleras.
Las primeras relaciones entre estos habitantes de la pradera y los blancos fueron cordiales. Muchos cazadores blancos se convirtieron en miembros de muchas tribus al casarse con sus mujeres, pero no todos los blancos fueron como estos primeros visitantes, verdaderas mareas de invasores que buscaban oro y tierras destruyeron esas relaciones que en algún tiempo fueron favorables.
Como era de imaginar estos heroicos indígenas no podían permanecer tranquilos cuando los blancos pretendían sacarlos de sus tierras y trasladarlos a campos de concentración apodados reservas que la mayoría quedaban en otros territorios diferentes a los que los indios habían vivido, además los mataban de hambre ya que los encargados de las reservaciones llamados agentes indios los robaban y expoliaban.
Anteriormente los tratados habían sido violados por los habitantes "civilizados" que no respetaron que estos indígenas se encontraban viviendo muchos siglos en estos territorios.
Estos habitantes de las praderas, montañas y desiertos del oeste norteamericano sufrieron en las cruentas guerras de invasión del hombre blanco, la superioridad del ejercito norteamericano con sus armas de repetición, sus cañones y sus cargas de caballería con su famoso "toque a degüelle", que significaba cortar con los sables a todo lo que se les atravesase sin importar si fuese mujer, anciano niños. Uno de los ejemplos de esas masacres es la batalla de Litle Big Hor en donde el "heroico" Custer borracho de sangre y muerte toca a degüelle al ver una aldea indígena para caer en una trampa por los siux comandados por Toro Sentado y Caballo Loco y Wounded Knee comunidad de Dakota del Sur perteneciente a la reserva india de Pine Ridge en donde se asesinaron 300 siux entre hombres, mujeres y niños.
Esa es la verdadera historia, la otra historia del oeste norteamericano, la aniquilación de una raza de quizás millones de habitantes por la codicia y el odio.
Los heroicos guerreros indígenas se enfrentaron al ejército yanqui y a las hordas de blancos usando arcos y flechas que manejaban con gran destreza, para los combates a distancia corta usaban cuchillos y una especie de hacha llamada tomahawk. También usaron rifles, quizás no tan modernos como los Winchester 30-30 pero con todo su valor y su pericia en la guerra de guerrillas no pudieron frenar el avance de los blancos.
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